Detalles últimos del informe de la OIV del pasado año
El informe de la prestigiosa institución alerta sobre crisis climática y plantea otras situaciones que se están generando.


Según la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) en su informe anual del 2023, la producción mundial de vino se redujo drásticamente a 237 millones de hectolitros, un 9,6% menos que el año anterior. Este descenso alarmante pone de manifiesto los efectos devastadores de las condiciones climáticas extremas. Las heladas tardías, las sequías prolongadas y las inusuales tormentas han golpeado duramente a los viñedos, especialmente en regiones clave como Italia, Francia, Argentina y Chile.
En tanto, España ha mostrado una notable resiliencia. A pesar de las condiciones climáticas adversas que también afectaron a nuestro país, España ha logrado mantener una producción relativamente estable gracias a la adopción de técnicas vitivinícolas avanzadas y prácticas agrícolas sostenibles. Este esfuerzo ha permitido que España siga siendo uno de los principales productores de vino del mundo, ocupando el tercer lugar tras Italia y Francia. Las bodegas españolas han apostado por la innovación y la sostenibilidad, invirtiendo en tecnologías que mejoran la eficiencia del riego y la gestión de plagas, y desarrollando variedades de uva más resistentes a las inclemencias del tiempo. Estas estrategias no solo garantizan la continuidad de la producción, sino que también mejoran la calidad de nuestros vinos.
El consumo mundial de vino en 2023 se ha mantenido estable, con alrededor de 232 millones de hectolitros. Esta estabilidad refleja un cambio en los hábitos de consumo, influenciado por factores económicos y sociales, y una recuperación post-pandemia que sigue siendo desigual. En España, el consumo de vino ha experimentado una ligera recuperación, impulsada en gran medida por el repunte del turismo y el creciente interés por el enoturismo.