Día del Chardonnay, biografía de la Reina de las Uvas
Cada último jueves de mayo se celebra el día de una de las cepas más famosas del mundo. En la Argentina ha tenido auge y crecimiento y aquí te contamos parte de su historia.
Probablemente junto a la Cabernet Sauvignon, es la variedad de vinos más famosa del mundo. Por su gran versatilidad para adaptarse a diferentes terruños y climas mundiales, estamos hablando sin dudarlo del Chardonnay...esa variedad blanca que es la reina de las blancas, y cada último jueves de mayo antes de una celebración típicamente estadounidense, se celebra.
Reseña de una Reina | El Día Internacional del Chardonnay se celebra el jueves antes del Día de los Caídos (Memorial Day) en los Estados Unidos, que cae el último lunes de mayo. Por lo tanto, su fecha cambia anualmente, lo que suscita que haya confusión respecto al día exacto en el que se le rinde homenaje a este varietal.
Se cree que el Chardonnay surgió a partir de un cruce natural entre la variedad Pinot Noir y la Gouais Blanc, una antigua cepa traída por los romanos desde Croacia. Este cruce ocurrió hace muchos siglos y desde entonces, se estableció como una de las cepas principales en Borgoña, Francia. Desde allí, se expandió a otras regiones vinícolas del país europeo, especialmente Champagne, donde es una de las principales uvas utilizadas para la producción de champagne junto con Pinot Noir y Pinot Meunier.
Durante los siglos XIX y XX, llegó a nuevas regiones vinícolas en Europa, América, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica. En cada región, la uva se adaptó a las condiciones locales y se empezó a producir vinos con características únicas. Fue también en el siglo XX cuando el Chardonnay comenzó a ganar más prominencia en Argentina. Durante las décadas de 1980 y 1990, la industria vitivinícola local experimentó una modernización significativa. Enólogos y viticultores comenzaron a adoptar prácticas más avanzadas y a enfocarse en la producción de vinos de mayor calidad para competir en los mercados internacionales.
En este período, se realizaron importantes inversiones en tecnología y se introdujeron nuevas variedades de uvas. Las regiones de Mendoza y San Juan, en particular, comenzaron a plantar más Chardonnay debido a sus condiciones climáticas y de suelo favorables para esta variedad.
De acuerdo a los últimos informes del Instituto Nacional Vitivinícola (INV), el Chardonnay está presente en 16 de las 18 provincias vitivinícolas: Mendoza concentra el 83% de los cultivos, seguido de San Juan y Neuquén. En 2023, se enviaron al mercado interno 2.272.275 hl de vino varietal. El más comercializado del país es el Malbec, que concentra el 54,9% del total de los varietales. Le sigue el Cabernet Sauvignon con el 9,1%, el Torrontés Riojano con el 3,9%, el Chardonnay con el 3,3% y el Bonarda con el 2,5%.
El Chardonnay se ubica segunda entre las variedades tradicionales blancas de Argentina. Es muy apreciada por su capacidad para madurar bien y producir una amplia gama de vinos, que van desde las bases para espumantes hasta los corpulentos varietales fermentados en barricas de roble, pasando por frescos y elegantes vinos sin madera.
Por último se puede decir que produce vinos complejos y robustos y también ligeros y refrescantes.