La vitivinicultura y su adaptación a los cambios mundiales
El sector ha empezado a celebrar un repunte de las exportaciones, que por primera vez se produjo en abril. En mayo, nuevamente hubo valores positivos, aunque ya con menos fuerza. Sin embargo, el consumo mundial de bebidas alcohólicas se está reconfigurando y, para aprovechar oportunidades, se debe avanzar en la innovación.
El descenso previo no respondió solamente a cuestiones de competitividad local -vinculadas, en buena medida, al tipo de cambio, pero también a impuestos y la necesidad de tratados de libre comercio-, sino a que el consumo de alcohol cayó en todo el mundo en 2023.
IWSR, una reconocida consultora que elabora datos e inteligencia sobre bebidas alcohólicas, registró, por primera vez en 30 años, un descenso del 1% en el volumen de alcohol comercializado en forma global el año pasado; aunque hubo un aumento del 2% en valor.
Y si bien se están empezando a ver las primeras señales positivas, el mercado mundial de bebidas alcohólicas sigue teniendo una evolución moderada, después de varios años de crecimiento significativo. Esto se puede verificar en las exportaciones argentinas, que en abril alcanzaron, por primera vez en más de 12 meses consecutivos, valores positivos.
En el cuarto mes de 2024, los datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) muestran que, en la comparación con abril de 2023, las ventas totales de vino al exterior tuvieron un incremento de 32,1%. En mayo, ese crecimiento interanual se moderó, ya que fue del 6%.
Sin embargo, el dato alentador es que, en el acumulado del primer trimestre, con respecto al mismo periodo de 2023, las exportaciones mostraban una caída del 12,2%, mientras que, a mayo, acumulan una baja de 0,4%; lo que permite avizorar que se está punto de abandonar la tendencia descendente.
De todos modos, IWSR advierte que los volúmenes totales de bebidas alcohólicas (no sólo vino) crecerán apenas 0,4% en 2024 y que se espera que los desafíos en el mercado mundial de vinos continúen en 2025, hasta que la capacidad adquisitiva de los consumidores comience a recuperarse después de dos años de inflación. Aún más, se estima que el crecimiento será bastante acotado, con un aumento tanto de volumen como de valor en torno al 1% entre 2023 y 2028.
Cuando llegue la recuperación, se anticipa que el crecimiento será relativamente modesto, con un incremento del volumen y el valor a una tasa compuesta anual del +1% entre 2023 y 2028, con el principal crecimiento del valor procedente de India, China y Estados Unidos.
Por otra parte, dentro de quienes sí toman bebidas alcohólicas se observa una preferencia por opciones con menor graduación, a la par de una menor cantidad de consumo, como también una disminución de ocasiones en las que se tomaría alcohol. Acotó que, además, se va extendiendo el consumo que denominó “cebra”, que implica que, en una reunión, alguien puede tomar una cerveza o vino sin alcohol, pasar a una bebida alcohólica y después a una gaseosa.