Mataburro: La Fosa de la botella y su rol profesional

En el ámbito profesional, la hendidura cóncava que se encuentra en la base de la mayoría de las botellas de vino —conocida técnicamente como 'picada' o 'punt' en inglés— va mucho más allá de una simple característica estética.

Para el enólogo esta depresión cumple funciones críticas que influyen en la estabilidad, la integridad del producto y la experiencia de servicio. Funciones Clave de la Picada:

Estabilidad Estructural: La picada distribuye mejor la presión interna del vino, especialmente importante en los espumosos y aquellos sometidos a segunda fermentación en botella. Su forma curva resiste las fuerzas internas de manera más eficiente que una base plana, minimizando el riesgo de estallido.

Manejo de Sedimentos: En vinos de larga guarda (o aquellos sin filtrar), la picada actúa como una "trampa" natural. Ayuda a que los sedimentos y cristales de bitartrato se depositen alrededor de su borde, lejos del cuello de la botella. Esto facilita el servicio, ya que el vino se vierte limpio sin arrastrar esas partículas.

Facilita el Servicio: Para los profesionales, la picada ofrece un punto de apoyo ergonómico. Permite sostener la botella con el pulgar insertado en la hendidura y los dedos en la base, facilitando el control y la rotación precisos durante el servicio o el decantado.

Enfriamiento Uniforme: La concavidad aumenta la superficie de contacto entre el vidrio y el líquido. Si la botella se sumerge en una cubitera, permite una circulación más eficiente del agua y el hielo, contribuyendo a un enfriamiento más rápido y uniforme.

Aunque la tendencia moderna ha visto aparecer botellas con bases casi planas, la picada sigue siendo un distintivo de calidad y funcionalidad en la enología tradicional.