Vitivinicultura Argentina: Síntesis de un Contexto Crítico entre la Alerta Económica, la Caída Exportadora y la Reestructuración del INV
La vitivinicultura argentina cierra el año 2025 inmersa en una compleja encrucijada marcada por indicadores económicos negativos, un notable retroceso en el comercio exterior y movimientos de reestructuración.


La vitivinicultura argentina cierra el año 2025 inmersa en una compleja encrucijada marcada por indicadores económicos negativos, un notable retroceso en el comercio exterior y movimientos de reestructuración en el principal organismo de control del sector.
La Alerta Roja de CONINAGRO: Crisis de Rentabilidad | Según el semáforo de economías regionales de CONINAGRO, tanto el vino como el mosto continúan en zona roja. Este diagnóstico subraya la profunda crisis de rentabilidad que enfrenta el sector primario. Los productores luchan contra un diferencial de costos elevado, donde los insumos y la logística crecen a un ritmo que el precio de la uva y el vino no logran compensar. Este desequilibrio crónico es la principal amenaza a la sostenibilidad de la cadena de valor, afectando directamente la inversión y la supervivencia de los pequeños y medianos viñateros.
Caída en las Exportaciones: Un Retroceso en la Proyección Exterior | El panorama exportador enciende una luz de alarma crítica. Entre enero y noviembre de 2025, Argentina exportó 1.766.498 hectolitros (hl) de vino, lo que representa una brusca caída del 7.1% respecto al mismo período de 2024. Este retroceso en el comercio exterior implica no solo una menor entrada de divisas, sino también una pérdida de participación en mercados internacionales clave. La situación de la bodega es delicada, evidenciando los problemas de competitividad derivados de los altos costos internos y las dificultades macroeconómicas para colocar el producto argentino en el exterior.
Cambios Estratégicos en el INV: Foco en Control y Gestión | En medio de este escenario desafiante, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) ha realizado movimientos de peso en su estructura de liderazgo. El organismo anunció el nombramiento de dos nuevos directores en áreas clave:
Administración: La nueva conducción en esta área es vital para optimizar la gestión de recursos en un contexto de austeridad y revisar la eficiencia de los procesos internos.
Fiscalización: Este nombramiento es crucial para garantizar la transparencia, la calidad y la trazabilidad del producto argentino, aspectos fundamentales para defender el prestigio del vino en el mercado interno y externo, especialmente en momentos donde la presión económica podría tentar a relajar los estándares.
En conjunto, estos hechos dibujan un panorama de urgencia para la vitivinicultura argentina: mientras que los productores y bodegas enfrentan dificultades económicas y de mercado sin precedentes, el organismo rector se reestructura para intentar mejorar la gestión y reforzar los controles en un momento donde la industria más lo necesita.


